22 julio 2006

Forigando


Cuando era crío, en la vieja casa de mi abuela, una casa con corrales, bodegas, tres plantas, terraza y solanar pasé muchas tardes forigando o regirando. Cajones, cajas, carpetas, cajas de madera, baúles, maletas llenas de ropas, viejos utensilios del bar que mi abuelo Emilio tenía en la plaza. Todo era impresionante desde el braguero para la hernia de alguno de mis antepasados herniados, hasta las viejas herramientas, las estampas de santos, los recordatorios de primeras comuniones, las fotografías, los cuadernos escolares de mi padre, los sombreros y boinas, los escapularios, los bastones, los juguetes de hojalata, las cuerdas y cuerdetas, los paraguas inservibles, las perragordas, las postales, los sellos de correos, los cromos, las cajas metálicas de caramelos o de membrillo...
Ahora paso tardes enteras forigando en el disco duro del ordenador, en los forigones del cerebro, en los lugares en los que no entra la luz, allí donde quedó para siempre su recuerdo.

1 comentario:

Rosa Mari y Santi dijo...

No escuchaba "forigar" desde que murió mi abuela, ya hace de esto unos cuantos años....