29 septiembre 2007

No pasa nada. Llama a Pepe Melero y cuéntaselo, que estará preocupado

Guillermo y yo nos hemos hecho abonados del Zaragoza. No podemos decir socios porque no tenemos ninguna acción de la sociedad. Ya éramos zaragocistas antes de acudir al campo, zaragocistas de esos que están para pocas bromas el día que el equipo pierde -en mi caso- y zaragocistas de los que lloran sin consuelo -en el caso de mi hijo que sólo tiene nueve años-. Guillermo siente una pasión natural por este equipo:

"Una noche, cuando tenía siete años, se acercó, me abrazó y, con toda la solemnidad que puede reunir un niño de tan corta edad, me dijo:
- Papá, me alegro mucho de haber nacido en esta casa.
- ¿Por qué? –le pregunté con esa cara de circunstancias que se nos pone a los padres ante grandes situaciones como ésta.
- Porque si hubiera nacido en otra familia, quizá ahora no sería del Zaragoza".

Así empieza "De portería a portería..." un cuento que he escrito para el libro colectivo Cuentos a patadas. Historias del Real Zaragoza. Las ilustraciones de mi historia son maravillosas y las ha hecho Blanca BK.
Pues bien. Ayer Guillermo me decía:
- Papá, no pasa nada. Hemos perdido en Barcelona como perdimos el año pasado, como hemos perdido desde hace más de 40 años, hemos empatado con el Santander como el año pasado, hemos empatado en Bilbao como el año pasado, le hemos ganado al Osasuna (que el año pasado se llevó los tres puntos de La Romareda) y perdimos en Murcia como el año pasado perdimos en Tarragona. Pero tenemos mejor equipo que el año pasado. Hoy le ganaremos al Sevilla. Vamos a ganar muchos partidos. Lo peor es lo de Matu. Oliveira va a meter un montón de goles y Ayala se queda suspendido en el aire cada vez que remata de cabeza. Llama a Pepe Melero y cuéntaselo, que estará preocupado.

23 septiembre 2007

El espíritu de la República

[Para Víctor Pardo]

Gaceta de Madrid, 29 de Mayo de 1931
Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes
Ordenes

Ilmo. Sr.: Vista la reclamación promovida por D. Ramón Acín Aquilué, Profesor especial de Dibujo de las Escuelas Normales de Maestros y Maestras de Huesca, hoy en situación de excedencia, en súplica de que se le reintegre a dicha Cátedra con efectos desde la fecha en que fue declarado en situación de excedencia:
Considerando que el interesado intervino activamente en la gloriosa sublevación de Jaca; que a consecuencia de aquellos sucesos, perseguido, hubo de expatriarse, refugiándose en París; que obligado por esas circunstancias tuvo que solicitar la excedencia de su Cátedra, excedencia que le fue concedida el 5 de enero de 1931; que implantada la República se ha reintegrado a España y desea legítimamente reintegrarse a su cátedra:
Teniendo en cuenta que si es verdad que no ha transcurrido el año de excedencia que prescriben las leyes para que pueda concedérsele el reingreso, sería injusto que la República castigase a quien contribuyó a que Jaca mereciese el título de "Muy ejemplar" que le otorgó el Gobierno provisional de la República.
He resuelto se acceda a lo solicitado por el Sr. Acín, quedando sin valor ni efecto legal alguno la expresada disposición de 5 de Enero último y que se abonen al interesado los haberes que haya dejado de percibir por razón del reiterado cargo y en virtud de la referida excedencia.
Lo digo a V.I. para su conocimiento y demás efectos. Madrid, 18 de Mayo de 1931.

MARCELINO DOMINGO
Señor Director general de Primera enseñanza
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Pueden verse las páginas originales de la Gaceta de Madrid: página 1 página 2


02 septiembre 2007

Tres veces felices

Cada uno vive su vida como puede y disfruta o padece a su manera, tal y como le enseñaron a hacerlo o del modo que supo conquistar. Cada uno interpreta las situaciones como sabe, como le conviene o como le parece. Eso me ocurrió el jueves pasado en Castellón, en la ceremonia previa a la incineración de Palmira Plá. El cura -un gran profesional- citaba al padre Martín Descalzo, a Santa Teresa e incluso a Unamuno, al Unamuno que le pareció bien citar. Mientras el cura hacía su trabajo yo pensaba que ya no recibiría más correos de doña Palmira, pero que tuve el enorme privilegio de recibirlos alguna vez. Mientras el cura se enredaba en la vida eterna, yo me repetía ¡¡Víva Paco Ponzán!!, ¡¡Viva Paco Ponzán!! y me imaginaba a Palmira Plá en la pista de coches chocantes, a la niña que salió de Teruel en un tren de mercancías y que se enamoró en Caspe de un hombre que no le convenía nada. Solemos enamorarnos de quienes menos nos convienen, pero si ahora escribiera de amores me alejaría de lo que hoy quiero contar.
Hoy solo quería decir que ayer los abonados Guillermo y Víctor fueron por primera vez a la vieja Romareda ["Si me quieres escribir -canta La ronda de Boltaña en Avispas en el viento- ya sabes mi paradero, en la vieja Romareda, primera línea de fuego"]. Fuimos muy felices, tres veces felices en los tres partidos que vivimos en una noche ideal de luna llena.
Durante el primer partido, el consejero José Luis Melero nos llevó al palco, pisamos el césped de la Romareda, saludamos a Matuzalem, nos cruzamos con Miguel Pardeza y Pedro Herrera. Salimos por el túnel de vestuarios. "Mira, Guillermo, por aquí salieron antes que tú el gran José Luis Violeta, el portero Yarza, Arrúa o Nayim. Pepe sentó a Guillermo en el banquillo del Zaragoza: "Desde aquí dirigirá Víctor Fernández al equipo". Luego nos dijeron que si queríamos que Guillermo se hiciera una fotografía con los jugadores que volviéramos minutos antes de empezar el partido. Pepe nos acompañó a nuestras localidades. Nos despedimos. "Anda, Guiller, dame un beso". Esperamos a que se hicieran las 21:45 para volver al túnel de vestuarios. Mientras Guillermo se hacía la foto en el campo, vi salir a todo el equipo: Juan Morgado, que no se sentó en el banquillo, pero parecía absolutamente recuperado, Oliveira, Aimar, Zapater, Ayala, Diogo, Milito...
El segundo partido fue el partido íntimo, personal, cómplice, de mi hijo y yo. Los bocadillos de tortilla de patata, los prismáticos, los botellines de agua, los nervios porque no marcábamos, el verle gritar "fuera, fuera", cuando todo el mundo gritaba, que Guillermo se pusiera de pie, que se le arrasaran los ojicos cuando el Santander metió un gol bobo, o cómo me abrazó cuando Oliveira empató el partido...
El tercer partido es el del 1-1 que ustedes vieron. Al final Guillermo hacía una lectura favorable y generosa con el Zaragoza: si el árbitro no hubiera sido tan malo, si el portero no hubiera tenido tanta suerte, si nos hubiera favorecido algún rechace... "Me ha gustado mucho el partido". Ese fue su resumen antes de que cambiara la camiseta del Zaragoza por el pijama y se desplomara en su cama.

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sábado, 1 de septiembre
Se ha parado la cierzera. Saldré con Luna por esos caminos de dios. Aún lo estamos aprendiendo todo: "eso es un tractor, eso es un ciclista, eso es la sombra de un árbol, eso es un charco... no pasa pasa, tranquila, vamos, Luna, la yegua valiente...". Pepe Melero me dice que si alguien me escucha hablar con la yegua me incapacitarán definitivamente. Pero a mí me da igual. "Si icen que izan, mientras no hazan...".
Guillermo y yo estrenaremos hoy el ritual de los días de partido y nuestro carné de abonados. Antes estaremos en el Polideportivo de Miralbueno. Blanca y su banda (no sé si les había dicho que tengo una hija bandida o bandolera) dan un concierto.
Estoy dragando mi vida para hacerla navegable: mi vena cava, la ilíaca, el acueducto de Silvio, los agujeros de Luscka y Magendie, el cuerpo calloso que une mis dos hemisferios cerebrales, la cisura de Rolando... todo para procurar entender el mundo... Una vida navegable, como el Ebro, para que puedan subir los cayuquicos hasta la plaza del Pilar.