09 diciembre 2009

La conciencia destruida

Víctor Pardo presenta Tiempo destruido, un libro hijo de miles de lecturas, de incontables horas de investigación en archivos y hemerotecas, de centenares de entrevistas con personas que conocieron a los protagonistas de siete historias de la Guerra Civil y de la infame posguerra recogidas en este libro y que nos devuelven la evidencia de que un régimen injusto sólo genera injusticia, destruye cualquier código ético y corrompe la conciencia.

No se trata de historias sucedidas en el fragor de la batalla. Víctor Pardo narra magistralmente las consecuencias de odios reposados al reconstruir asesinatos cometidos impunemente por gentes de orden. Y junto a los crímenes, el autor de Tiempo destruido describe minuciosamente la justificación de asesinatos, robos, humillaciones sin cuento de personas que fueron víctimas de quienes se instalaron en el discurso de «lo que nos han obligado a hacer». Matar, asesinar, exterminar era un deber para quienes habían ganado la guerra y tenían un caudillo por la gracia de dios. Pablo Uriel cuenta en No se fusila en domingo que ante la contemplación de más de un centenar de cadáveres de personas que habían sido fusiladas una de las últimas noches de julio de 1936 en Zaragoza, una mujer exclamó: «¡Cuánta gente mala hay por el mundo!»

No hay ni rastro de grandeza en la historia de los asesinatos reunidos en Tiempo destruido. Los verdugos mataron para no tener que satisfacer deudas, para no dar cuenta de saqueos, para quedarse con unas tierras, para calmar antiguas rencillas, por odio. Sin más.

Víctor Pardo es una de las personas más valientes que conozco. Es un escritor empeñado en poner palabras donde sólo ha habido silencio, un historiador empeñado en escribir los nombres de las víctimas y en el sus verdugos y en Tiempo destruido ha conseguido su propósito.

Tiempo destruido es un libro necesario, un libro que adecenta la sociedad española actual al retratar sin máscaras la época más miserable de un país tantas veces miserable.

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