Cuando
alguien muere, deja un agujero negro en la vida de las personas que le
quisieron.
Cuando
muere un hombre bueno, el mundo pierde parte de su belleza y soñar parece imposible.
Cuando
muere un buen maestro que es un hombre bueno sus palabras, su ejemplo y su
inteligencia viajan para siempre en el corazón y en el alma de los alumnos con
quienes compartió su vida.
Gracias,
Fermín