24 febrero 2013

Para Fermín Mateo



Cuando alguien muere, deja un agujero negro en la vida de las personas que le quisieron.
Cuando muere un hombre bueno, el mundo pierde parte de su belleza y soñar parece imposible.
Cuando muere un buen maestro que es un hombre bueno sus palabras, su ejemplo y su inteligencia viajan para siempre en el corazón y en el alma de los alumnos con quienes compartió su vida.
Gracias, Fermín

1 comentario:

Regina Luis Rúa dijo...

Precioso homenaje, Victor Juan.
Has definido perfectamente a Fermín porque, en efecto, era un buen hombre y buen maestro. Yo tuve la oportunidad de conocerlo en las aulas del Instituto Goya pero su grandeza residía en que no solo se dejaba conocer como profesor sino también como ser humano.
Solo espero que se haya ido sabiendo cuánto amor ha dejado en los corazones de todos los que tuvimos la suerte de conocerlo.
Un abrazo
Regina